domingo, 20 de septiembre de 2009

sintasiva y seguridad aeroportuaria


Sintasiva es la forma que adoptamos para decir "cinta adhesiva" una gran parte de canarios de mi generación. Hasta que ya entré en la pubertad, no conocí que la palabreja en cuestión no existía en realidad en el idioma castellano, era una adaptación más de otra palabra al medio. Nuestro oído siempre oyó sintasiva y así pasaba al papel y así lo vocalizábamos, al igual que hemos hecho con otros vocablos, ingleses (come buy on "cambullón", king eduard "chinegua", up to date "autodate"); franceses (crayon "creyón", ouate "guata").
La sintasiva siempre ha servido para hacer paquetes, o para que dos o más partes queden fijadas. Pero se me ocurren otras funciones para ella, como tapar bocas de políticos varios, o de responsables de medios de comunicación "impresentables" que sólo saben repetir lo que les dicta la mano que les da de comer, o también periodistas de cartón piedra que intoxican las ondas con sus programas basura. Pero también, de un tamaño mayor a nuestra sintasiva común y endémica, el poder la usa para callar otras bocas contestatarias, amarrar muñecas rebeldes y, asfixiar espíritus bregadores. A nuestro amigo y autor, Jorge Majfud, que vive en los "Estampidos Unidos", la seguridad del aeropuerto de Barajas hizo uso de la sintasiva para recomponer un desaguisado con un paquete que le enviábamos con algunos ejemplares de su última novela, La ciudad de la Luna. No sabemos si por su apellido de origen libanés o porque las palabras, la literatura y la cultura en general, hacen más conscientes a las personas y menos teledirigidas. La cultura nos hace críticos, y la sintasiva en la cultura sólo produce borregos satisfechos con su ignorancia.
Foto: Roy Fernández

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