domingo, 21 de marzo de 2010

giovanni nadiani


Del andar diario entre letras y frases, entre significados y significantes, hay veces que las lecturas te sacan de la monótona linealidad que a veces nos impone este oficio. Son muchas pruebas a corregir, muchos originales a reprobar o rechazar, muchas obras que podrían ser interesantes para tu catálogo, algunos compromisos ineludibles que tienes que poner bajo tus ojos para que éstos transmitan una opinión condescendiente a autores de ojos suplicantes. Vamos, que hay mucha lectura consumida que a veces es como pedalear por terreno llano. Afortunadamente, a veces, se produce una variación en el asfalto lector que te despierta de la monotonía y hace que el gusto sea como una chispa que juega con los sentidos. Esto me ocurrió con la corrección del poemario de Giovanni Nadiani que este mes sacamos a las librerías. Un poemario, Ningún sitio (Invel), escrito originalmente en romañolo, una lengua incrustada en la bota itálica, desprende una frescura, una cachetada a los convencionalismos que hace que ese pedaleo se vuelva vivo y vibrante.

nosotros
solos
no somos nadie
nosotros
si no somos nada
para nadie
no somos nadie...
aún así
un día
habrá siempre
alguien
que deberá
quiera o no quiera
recoger
este montón de nada
este hedor de nadie
quizás por un instante
las únicas señales
de alguien