domingo, 17 de julio de 2011

dolor de muelas, bismarck, banana yoshimoto y philip kerr


es una verdadera jodienda estar varios días con la boca semi abierta, imposible masticar y a base de juguito y alimentos muy, muy blandos. la verdad es que se te quitan las ganas de todo. quería aprovechar este domingo para ponerme al día en muchas cosas de la editorial que quedaron ralentizadas con las vacaciones. te sientes como un náufrago agarrado a una nevera vacía. así que el sinvivir de este día me ha dado por tirarme en horizontal e intentar leer entre latido y latido molar. en navidades compré, llevado por una entrevista a philip kerr, si los muertos no resucitan. en un principio no suelo comprar ni leer novela negra y menos que haya sido tan publicitada en los medios, pero en dicha entrevista me pareció que el autor era un tipo bastante jeta, socarrón y de verborrea directa e incómoda. esta obra en especial me ha atrapado de pies a cabeza, me tiene todo el rato pensando en ella, es capaz de hacerme reír y de tener la sensación de estar viendo una película antigua del género, en blanco y negro, por supuesto, con esos típicos diálogos que son como cuchillos que se lanzan los personajes. curiosamente, hablando esta tarde con inma, me contaba lo fascistoide de muchas de las actuaciones del actual edil de su pueblo y no dejaba de ver a ese personaje dentro de la novela, que por cierto transcurre en el berlin de 1934, en pleno auge del nazismo.
y de historia, alemanes y guerras mundiales nadie mejor que leopoldo o'shanahan para que te cuente con su habitual tono guerrero e irreductible, alguno de esos temas. el viernes estuve en su casa y entre las muchas cosas de las que hablamos después de más de un año sin vernos, me dejó una carta de queja que había escrito a la compañía aérea alemana air berlin. lo había dejado en tierra al adelantar el vuelo sin avisar hace unos meses. en ella, y siguiendo al hilo de estos tiempos de políticos y corruptelas en los que estamos viviendo, me llamó la atención unas palabras de bismarck (¡menuda pieza también!) que decía algo que podemos extrapolar a estos tiempos sin muchos retoques: "el gobierno tiene cáncer en el cerebro y los miembros; únicamente su vientre está sano, y las leyes que excreta son la mierda más sincera del mundo".
cambiando de registro, pero también literario, quería comentar un magnífico descubrimiento de una autora japonesa (toda su obra está en tusquets), se trata de banana yoshimoto, concretamente he leído amrita. sin lugar a dudas ha logrado atraparme esa forma de contar, de describir lo sencillo con total maestría. es como un cruce entre la literatura de anna gavalda, los guiones de hayao miyazaki y la espiritualidad de jodorowski. con esta lectura me he encontrado como el que va al sastre a que le hagan un traje a medida. vamos que pienso comprar toda su obra.

lunes, 11 de julio de 2011

principios



Lo que yo he amado, lo haya conservado o no, lo
amaré siempre

El amor loco, André Breton

domingo, 10 de julio de 2011

con la luna en moguer


hacía tiempo que quería llegarme al encuentro que cada año organiza en moguer antonio orihuela. este fin de semana pude acercarme aprovechando que luna recitaba una de las noches. encuentro con viejos amigos y sobre todo, oportunidad de escuchar a nuevas voces. traigo apuntaditos tres nombres que habrá que seguir: elena castillo, david benedicte y mario rodríguez garcía. pero moguer también fue escenario del 37 festival de cante flamenco. gracias a laura y a antonio (muchos antonio estos días), cabezas visibles de la peña flamenca de la ciudad, pudimos asistir al acto. más de seis horas de puro cante y también de la mixtura flamenco-soul que hace pitingo, pero yo de quién más gocé fue de la actuación de guillermo cano con una entrega y una voz muy particular. pero aún exprimimos más estas 48 horas: nos dio tiempo de patear la ciudad, sentarnos en las terrazas de sus bares y saborear sus rabas, sardinas y coquinas; ver la gente sentada con sus sillas en la calle, a las puertas de sus casas tomando la fresquita. sufrimos "la calor" rebotando de sus muros blancos, nos intercalamos entre cienes de inmigrantes magrebíes, sonreímos con las camareras del este con una mestura de acentos en sus palabras, descubrimos una muy interesante librería, la taberna del libro, pero sobre todo, disfrutamos de un día de arena, agua salada y sol en la playa del parador de mazagón con chiringuito incluido. ¿quién da más?