otro año más que se sube al marcador de los instantes. esta vez he amanecido oyendo las campanas de la mezquita, a la vera de callejuelas estrechas y blanco en las paredes. este año no hay almuecines que nos inviten al rezo pero encuentro vestigios berberiscos en las fachadas, en las atarjeas o en los rumores del agua. Córdoba me ha acogido como uno de los suyos que ha vuelto a casa. durante el periodo que transcurre de un número a otro he dejado en el camino a un ser querido, a uno de ésos que está escrito en el ser con tinta indeleble; he seguido intentando esquivar las uñas de la impotencia para continuar bailando bajo el sol y por qué no, he plantado algunas semillas de obras que espero broten este año y se conviertan en alimento de ávidos lectores, de muchos lectores que harán posible que el chiringuito siga en pie. ya se pone el sol en esta ciudad de las tres culturas, surcan el cielo tonos rosados, naranjas y bandadas de pájaros. la ciudad está engalanada de versos, versos de miguel hernández que cuelgan de balcones y ventanas. también hemos encontrado frases que algún neorrabioso ha pegado como si de nombres de calles se tratara. a una de ellas me he agarrado y la he hecho mía. este año que hoy empiezo estará limpio de malezas, de laberintos y de espejismos que me aparten de conseguir una editorial sin muletas.
martes, 26 de octubre de 2010
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Espero que tus deseos se cumplan y que puedas seguir bailando sin temor a esguinces que el destino suele provocar.
ResponderEliminarAsí sea.
ResponderEliminarPorque te queremos y porque te lo mereces. dos buenas razones, no?