miércoles, 12 de diciembre de 2012

Willy Uribe, con la dignidad a cuestas



Le conocí en Zadar (Croacia), cuando junto a Inma Luna, Ana Pérez Cañamares y Manuel Osu hacíamos un Acercando Orillas a ese lado del Adríatico. Terminaba de pasar allí un mes gracias a una beca que le había dado la ciudad. Esta consistía en alojamiento y manutención. El objetivo era escribir un texto donde se dejara constancia de la ciudad. En una de sus plazas, guarecidos del sol bajo el toldo de una terraza, junto a otros escritores y gente de la universidad, me contó de su afición por el surf y la fotografía. Conocía la isla, había cogido olas frente a mi casa, entre Bajamar y La Punta. También me contó como en su viaje de ida, que lo hizo en coche, casi lo asaltan en Marsella mientras pasaba la noche dentro del auto.
Y ahora lo veo en la prensa. Ha decidido dar el salto de la palabra a la acción. Con dos cojones, como diría Antonio Vizcaya. ¿Qué grado de indigestión se necesita para entrar en acción, para hacer algo que remueva, y no solo de cara a la galería sino para con la dignidad de uno mismo? ¿Vamos a seguir el ejemplo de Willy, vamos a buscar alternativas de lucha, vamos a enfrentarnos a la política de cabeza borradora de este gobierno, o vamos a seguir mirando la ventana esperando a que esto se arregle así por las buenas, como por arte de magia?
Querido Willy, nos has puesto el listón bastante alto. Espero que tu ejemplo sirva para que otros empecemos a dar pasos, para que no solo sea palabrería nuestra acción.
Seamos imaginativos, seamos osados, seamos combativos, seamos dignos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario